Educar en casa. ¿A favor o en contra?

 Bienvenido estimado lector a una nueva reflexión sobre educación.

En este caso vamos a estudiar la modalidad de estudiar en casa, que actualmente no está contemplada en el sistema educativo español, pero que algunas voces están proponiendo a raíz de la actual pandemia de COVID-19. Para ello hemos visto el vídeo "Cuando la casa se convierte en escuela" donde se comenta la existencia de unas 2000 familias en España que han decidido no escolarizar a sus hijos, y donde vemos el caso concreto de una familia que forma parte de la ALE (Asociación por la Libre Educación). El caso es que en España el homeschooling es legal según la Constitución pero  ilegal en base a la normativa sobre educación,  la Ley Orgánica de Educación dice que los niños deben estar escolarizados obligatoriamente de 6 a 16 años. No obstante, en 2010 el TC resolvió, tras dos casos en Andalucía que la “invocada facultad de los padres de elegir para sus hijos una educación ajena al sistema de escolarización obligatoria por motivos de orden pedagógico no está comprendida en ninguna de las libertades constitucionales”, por lo que en la actualidad se considera ilegal.

Sin embargo los encierros y cuarentenas del actual COVID-19 han cambiado de forma drástica la forma en que se veía esta modalidad, ya que ¿qué diferencia hay entre quedarse en casa y recibir clases online y que tus padres se preocupen de darte una enseñanza personalizada y de calidad?

Veamos pues, los pros y los contras de esta modalidad de enseñanza:

A favor:

    - Se adapta mejor al proceso de aprendizaje del niño y le hace más responsable del mismo. Al evitar las limitaciones temporales y espaciales de los centros escolares, el homeschooling se amolda al ritmo de aprendizaje del alumno y hace posible que este desempeñe un papel más activo en su proceso educativo.

    - Se elimina una tensión innecesaria que en la escolarización tradicional acompaña a los procesos de aprendizaje. Libre de deberes y exámenes, el niño se centra únicamente en la adquisición de conocimientos.

    - Permite mayor variabilidad de métodos y materiales.

    - Se trata de una educación personalizada, de una escuela a medida para cada alumno, que contribuye a su madurez, independencia y autonomía.

    - Atiende a las necesidades específicas de cada estudiante, lo que resulta una gran ventaja para niños con dificultades, ya que elimina la presión a la que se ven sometidos ante la obligación de alcanzar, en un tiempo determinado, los objetivos escolares marcados por el currículo oficial.

    - Fomenta la construcción de aprendizajes, haciendo posible un verdadero aprendizaje significativo.

En contra:

    - La familia se convierte en la institución educativa, y esto significa que aunque tengamos más libertad de horarios que en un centro escolar debemos dedicar cada día el tiempo necesario para la educación del niño e incluso dedicándoselo puede ser insuficiente si no se crea el entorno de trabajo adecuado.

    - A veces es difícil compaginar el homeschooling con los horarios de trabajo del padre y de la madre.

    - Privamos al niño de otras experiencias o modos de pensar. Es importante en este sentido procurar que los distintos miembros de la familia participen en la educación del pequeño para dotarle de diferentes puntos de vista, lo cual no siempre es posible y aún así, puede ser insuficiente al tener todos los integrantes de la unidad familiar una relación muy estrecha. Por eso es importante salir del ámbito familiar cuando se trata de aprender.

    - Podemos caer en la tentación de adoctrinar al niño con nuestras opiniones subjetivas, privándole de otros puntos de vista necesarios para el pleno desarrollo de su identidad.

    - Es necesario encontrar tiempo también para favorecer la interacción de los menores educados en casa con otros niños de su edad, participando en actividades deportivas, juegos, etcétera.

    - Enseñar en casa requiere de la adquisición de medios pedagógicos especializados, lo que supone un alto coste económico para la familia, haciendo que este sistema sea poco viable en familias con recursos reducidos y limitando su uso entre las élites sociales. Francamente, me parece muy mala idea permitir que las élites se puedan educar sin contacto con clases sociales inferiores, porque se crean nuevas élites insensibles a las condiciones de las demás clases sociales. Lo que puede llevar a revoluciones sociales.

    - Los niños se relacionan menos con gente de su edad. Lo que puede provocar carencias en el desarrollo social de ese menor y en cómo va a poder afrontar labores de trabajo en grupo en el futuro.

    - Supervisión externa profesional menos regular. Adoctrinamiento, aislamiento o maltrato son riesgos que existen en los casos en que no se realiza un control riguroso del homeschooling.

    - Menos desarrollo de tolerancia al fracaso y cómo gestionarlo. Estudiar en casa supone estar sobreprotegido del mundo real y eso conlleva una menor exposición al fracaso (o la decepción) sin la presencia de adultos que te apoyen. Esto supone que los menores se desarrollan con la sensación de que siempre van a estar acompañados y no toleran bien los fracasos cuando están solos, algo muy necesario para afrontar la emancipación del adulto.

Mi opinión personal es que el homeschooling puro es una muy mala elección para la educación de los menores porque las desventajas que tiene superan con creces sus ventajas y el derecho de los padres a elegir la educación que quieran para sus hijos, ya que el producto final, que es el adulto formado debe poder integrarse en la sociedad en la que vive sin problemas. Así que, aunque el COVID-19 haya reabierto el debate sobre esta modalidad, la situación actual es pasajera y no justifica el legalizar este modo de educar a los menores.

Sin embargo, una opción mixta, con media jornada lectiva en escuelas y la otra mitad en casa podría ser una solución viable en un futuro. O por lo menos es lo que se está estudiando, actualmente, para tratar de complacer a esas miles de familias en España que reclaman el homeschooling como una opción de educación.

¿Y tú estimado lector qué opinas?