A cada pregunta una respuesta.

 Bienvenido estimado lector a una nueva reflexión de tipo pedagógico.

En esta ocasión voy a dedicar la entrada a contestar una pregunta de nuestro compañero de curso Sergio Andrés Gutiérrez:

En cuanto a los juegos de mesa... ¿no piensas que están desactualizados para los adolescentes? No opino sobre ello porque estoy desinformado, pero es difícil (por lo que he visto), llegar al alumnado de secundaria, incluso en Educación Física, ya que para ellos es un momento de desinhibirse (que no debería ser así). Posiblemente, me gustaría probar este recurso en Primaria, ya que en estas edades se involucran más en ciertas metodologías innovadoras.

Y respondo claro. Sergio los juegos de mesa están yendo cada vez a más y hoy en día salen más juegos nuevos que nunca en toda la historia (en serio, el ritmo es excesivo). El motivo es que son una forma divertida de separarnos de las pantallas y socializar de forma directa con otras personas, algo que cada vez cuesta más.

La mayor parte de las interacciones que tenemos actualmente son con una pantalla (trabajo, socialización, entretenimiento) y levantar la cabeza de la pantalla empieza a ser un esfuerzo mayor de lo que pensamos:

1. Tienes que cortar tu atención a la pantalla. Algo que requiere un esfuerzo porque estás cómodo atendiéndola.
2. Tienes que enfocar la vista a una distancia más allá de los 15-30 cm a los que sueles estar acostumbrado. Algo que ya está empezando a tener consecuencias de salud en nuestra juventud (más casos de problemas ópticos y migrañas).
3. Tienes que investigar el entorno para saber dónde estás (contexto). Es normal que al romper una concentración intensa estés desorientado de tu entorno.
4. Tienes que volver a concentrarte en lo que te ha sacado de la pantalla para poder responder de un modo más o menos coherente. Una vez contextualizas dónde estás tienes que hacer un esfuerzo de concentración al nuevo foco de atención.

Cuando alguno de estos pasos no se completa adecuadamente la vuelta a la realidad no se hace de forma completa y por eso, a veces, cuando hablamos con los menores parecen zombis con el cerebro atrofiado. Tenemos que repetirles las cosas varias veces hasta que entienden lo que les estamos diciendo y suelen responder de forma agresiva, descuidada o grosera debido al trauma de volver a la realidad de forma brusca, y no completando del todo los pasos que antes he descrito.

Los juegos de mesa te permiten hacer que los menores dejen las pantallas por un rato para experimentar cosas "nuevas", como es la interacción social directa en un ambiente lúdico. Las risas, los piques, las frustraciones por la derrota y la euforia de la victoria producen descargas de dopamina y endorfinas similares a las que nos producen las pantallas. Es lo que se suele decir, "te enganchan". Si además del componente educativo en las relaciones sociales, les enseñas materias o habilidades de carácter pedagógico ¿Qué más puedes pedir?.

En cuanto a si los juegos están o no desactualizados, la respuesta es simple, para nada están desactualizados. De hecho, hay que ser muy cuidadoso con la elección de juegos, porque hay una extensa variedad de ellos y los hay de marcado carácter adulto que no son aptos para menores. Eso sin contar que ya hay un gran catálogo de ellos en formato digital (PC o Consola) para que puedas disfrutar de ellos online (sin separarte de tu pantalla 😉) y que existen plataformas de juegos de mesa online como Tabletop Simulator o Tabletopia donde puedes encontrar los juegos de mesa más actuales.

Los juegos pueden no tener un acceso tan sencillo como los videojuegos (que son mucho más interactivos y estimulantes sensoriales), pero con poco esfuerzo pueden ofrecer experiencias tremendamente inmersivas. Lo mismo se puede decir del cine o los libros, pero en ellos el esfuerzo que se debe hacer para alcanzar ese nivel de inmersión es aún mayor ya que carecen del factor de socialización de los juegos de mesa. Por eso lo ideal sería que todos los menores fueran ávidos consumidores de libros, ya que es el nivel que más esfuerzo requiere para conseguir la inmersividad, pero por eso mismo es el nivel que más y mejor entrena las capacidades cognitivas (sobre todo la imaginación, que está muy relacionada con la capacidad de resolución de problemas nuevos).

En los juegos de mesa hay un sector, que es el de los juegos narrativos, que precisamente intenta que haya una proximidad entre el juego y el libro, obligando a leer grandes párrafos o incluso varias páginas para poder seguir avanzando en la aventura. Es aquí donde las aplicaciones de los juegos a lecciones de lengua o idiomas pueden obtener buenos resultados. Los chavales se echan una partida y para poder jugar la siguiente les das fotocopias (o el link) de las 3 ó 4 páginas que se tienen que leer antes de jugar la siguiente, si es que quieren enterarse de la historia de la aventura. O directamente les puedes recomendar unos librojuegos (como la serie Héroes del Acero de David Velasco) para que lean y jueguen a la vez.

Y aquí es donde enlazan también los juegos de rol. Juegos que requieren de leer bastante y que aportan un grado de inmersión aún mayor a los menores, ya que se encuentran mucho más cerca de lo que es la lectura de un libro. Como pasa en este mundillo, existen miles de juegos de rol diferentes, de temáticas de lo más variado (fantasía, investigación, terror, películas, humor, historia, etc.) y con capacidad casi ilimitada para poder adaptarlos a cualquier tipo de ambientación. Que quieres enseñarles geografía, ¿por qué no usas un juego de investigación que implique ir en avión de un lado a otro usando los montes como guías visuales, o los ríos, o las ciudades? Que quieres enseñarles historia, ¿Qué tal un juego ambientado en la antigua Roma o en las conquistas de Alejandro Magno o Napoleón? Etc.

Las posibilidades son casi infinitas. En conclusión, te animo a que indagues sobre este mundillo, porque ofrece oportunidades pedagógicas realmente interesantes.

PD: Los juegos de mesa actuales se han vuelto un poco caros (sobre todo los que llevan miniaturas), pero los de rol siguen siendo tremendamente baratos (si no te vas a los más conocidos claro).